Ya que hoy se juega el España-Irlanda en la Eurocopa, vamos a hablar de nuestro rincón favorito de Irlanda (así cuando nos alegremos por haberles ganado nos sentiremos menos culpables jeje).
Los Cliffs of Moher forman parte de la típica postal de un viaje por Irlanda y sinceramente, no es de extrañar. Su paisaje no se puede describir con palabras, simplemente es increíble! Aún recuerdo la primera vez que fui a verlos, iba en una excursión programada donde el conductor iba comentando curiosidades e historias de la zona y recuerdo perfectamente que nos comento algo asó como que podíamos acercarnos hasta el borde para capturar la mejor foto, eso si, si nos caíamos seríamos unos privilegiados porque ibamos a disfrutar de una vista única.
Hay dos formas de visitar los Acantilados de Moher:
1) Por medio de una excursión organizada: Desde Dublín, Cork o Galway podemos comprar alguna de las excursiones organizadas que viajan a ver los Acantilados. Todas estas excursiones están muy bien si no tienes tiempo porque te llevan al centro de visitantes y en un mirador para poder contemplar 'parte' de los acantalidos. Normalmente te dejan una hora y media para verlos, no está mal pero teniendo en cuenta que la extensión total ronda los 10 kilómetros, la visita se hace corta.
2) Por tu cuenta: La opción de viajar de forma independiente es una de las mejores opciones para poder disfrutar de la zona al máximo. Hay que ir en bus hasta Doolin (salidas desde Dublin o Galway). Es recomendable reservar una noche en alguno de los Hostel o B&B de esta pequeña localidad para moverte con tranquilidad por la zona. La ruta de los acantilados puede hacerse por senderismo, por ejemplo, una de las rutas más conocidas es bordear los acantilados y andar hasta llegar al centro de visitantes. Tener cuidado porque hay algunos tramos peligrosos, sobretodo si hay mucho viento, aunque ya sabéis que si caéis disfrutareis de una vista única ;-)
Los Cliffs of Moher forman parte de la típica postal de un viaje por Irlanda y sinceramente, no es de extrañar. Su paisaje no se puede describir con palabras, simplemente es increíble! Aún recuerdo la primera vez que fui a verlos, iba en una excursión programada donde el conductor iba comentando curiosidades e historias de la zona y recuerdo perfectamente que nos comento algo asó como que podíamos acercarnos hasta el borde para capturar la mejor foto, eso si, si nos caíamos seríamos unos privilegiados porque ibamos a disfrutar de una vista única.
Hay dos formas de visitar los Acantilados de Moher:
1) Por medio de una excursión organizada: Desde Dublín, Cork o Galway podemos comprar alguna de las excursiones organizadas que viajan a ver los Acantilados. Todas estas excursiones están muy bien si no tienes tiempo porque te llevan al centro de visitantes y en un mirador para poder contemplar 'parte' de los acantalidos. Normalmente te dejan una hora y media para verlos, no está mal pero teniendo en cuenta que la extensión total ronda los 10 kilómetros, la visita se hace corta.
2) Por tu cuenta: La opción de viajar de forma independiente es una de las mejores opciones para poder disfrutar de la zona al máximo. Hay que ir en bus hasta Doolin (salidas desde Dublin o Galway). Es recomendable reservar una noche en alguno de los Hostel o B&B de esta pequeña localidad para moverte con tranquilidad por la zona. La ruta de los acantilados puede hacerse por senderismo, por ejemplo, una de las rutas más conocidas es bordear los acantilados y andar hasta llegar al centro de visitantes. Tener cuidado porque hay algunos tramos peligrosos, sobretodo si hay mucho viento, aunque ya sabéis que si caéis disfrutareis de una vista única ;-)
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